Queridos feligreses:
Comenzamos un año más el camino de la Cuaresma, cuarenta días desde el Miércoles de Ceniza que nos conducen a la fiesta de la Pascua, la fiesta más importante de nuestro ser cristiano. Un tiempo para arrepentirnos de nuestros errores, para reconocer aquellas cosas que no hacemos del todo bien, que deseamos cambiar para ser mejores personas y ser más fieles en el seguimiento del Nazareno. Tal como nos dice el Papa Francisco “La Cuaresma es un nuevo comienzo, un camino que nos lleva a un destino seguro la Pascua de Resurrección, la victoria de Cristo sobre la muerte. En este tiempo recibimos una fuerte llamada a la conversión”.
Así es, los cristianos estamos convocados a caminar a Dios “de todo corazón” (Jl 2,12), a no contentarnos con una vida mediocre, sino en crecer en la amistad con el Señor. Desde los primeros tiempos de la Iglesia, el ayuno, la oración y la limosna fueron tres caminos privilegiados para recorrer la Cuaresma. Hoy estos caminos, siguen siendo medios necesarios, convenientes y fecundos para renovar la vida cristiana en este tiempo.
Así es, los cristianos estamos convocados a caminar a Dios “de todo corazón” (Jl 2,12), a no contentarnos con una vida mediocre, sino en crecer en la amistad con el Señor. Desde los primeros tiempos de la Iglesia, el ayuno, la oración y la limosna fueron tres caminos privilegiados para recorrer la Cuaresma. Hoy estos caminos, siguen siendo medios necesarios, convenientes y fecundos para renovar la vida cristiana en este tiempo.
Que no tengamos miedo de recorrer este camino con Jesús Nazareno, prestando atención a su Palabra, orando con intensidad como Él hizo en el desierto durante cuarenta días, con ayunos y sacrificios, imitando su entrega a los demás y escuchando el grito de los pobres y necesitados.
La Iglesia también nos pide que en nuestro caminar cuaresmal de conversión miremos como estamos dando testimonio de nuestra fe a nivel personal y comunitario. El Obispo de Cartagena, Don José Manuel, nos invita a toda la Diócesis, como algo necesario y fundamental a “ponernos en marcha y salir a la calle a anunciar a Cristo, a llevar su mensaje a los areópagos más concurridos del mundo moderno o a los vecinos de tu calle; se hace necesario abrir las puertas de las iglesias y de los corazones para mostrar el rico tesoro del conocimiento de Dios que crea y salva; que se oigan en la calle las alabanzas a Dios y se vea la fuerza que tiene la caridad y la fraternidad, abiertos los ojos a la esperanza de la salvación eterna. La situación actual de nuestra sociedad, nos pide a gritos coherencia y transparencia, para que puedan verse las razones de nuestra alegría, unidad y comunión. Es Dios mismo el que nos esta pidiendo salir, romper las rutinas y ofrecer la novedad del rostro del evangelio de la misericordia; se nos pide que anunciemos con palabras y obras las riquezas insondables de la verdad cristiana, con sencillez, humildad y energía y abramos de par en par las puertas a Cristo, como nos decía el Papa San Juan Pablo II”.
Que nos comprometamos en esta Cuaresma en ser hombres y mujeres responsables con nuestra Iglesia, se necesitan en nuestro mundo testigos valientes del Evangelio, que seamos de verdad Iglesia y trabajos por la construcción del Reino de Dios.
Que las celebraciones religiosas de esta Cuaresma, los cultos y las distintas Eucaristías nos acerquen más a Dios y a los hermanos. Aprovechemos este tiempo de gracia, que estemos bien despiertos, centrados en lo fundamental. Que vivamos este tiempo bien despiertos, con fe, esperanza y amor, con nuestros ojos fijos en Jesús Nazareno.
Animo, no caminamos solos, caminamos con el Nazareno y con Santa María, en comunión con toda la Iglesia en oración y sacrificio, recorriendo el camino de la Cuaresma que no termina en la Cruz, sino en la Resurrección.
Que tengamos un provechoso camino cuaresmal. Feliz Pascua de Resurrección.
El Nazareno os colme de bendiciones.
Un fraternal abrazo.
Fernando Gutiérrez Reche, párroco.