Comienza el Triduo Santo y la Pasión de Jesús, y se pone en relieve el gran regalo que es la Última Cena, en que el Señor nos regala el sacramento de la Eucaristía y el Orden Sacerdotal. Después es la Pasión de Jesús lo que nos introduce en el misterio de su dolor y salvación.
Desde casa: Recordamos este día tres cosas, la institución de la Eucaristía como un regalo, el orden sacerdotal como sacramento de entrega y el amor fraterno hacia los demás. Este año con la cuarentena no podemos realizar el lavatorio de los pies como gesto del servicio y entrega hacia los hermanos, cumpliendo uno de los últimos mandamientos de Jesús, ni celebrar físicamente la eucaristía en este día que se celebra, ni acompañar a nuestros sacerdotes en su renovación, ni la procesión del santísimo hasta el Sagrario.
Pero podemos tener presente la institución de la eucaristía a través de la última cena, como cuando se despide a un amigo y para ello se hace una cena con todos los presentes con la promesa de un nuevo encuentro, Jesús quiso recordarnos esta cena quedándose para siempre con nosotros bajo el pan y el vino. Durante este día podemos colocar en un lugar central de la casa una pequeña mesa, con un mantel, una copa de vino y un pan, también un pequeño cuenco y/o jarra con agua, esperando a que el amigo llegue a nuestra casa, teniendo así presente la cena del Señor. No dudemos en compartir esta mesa improvisada con los demás, con los amigos y familiares, explicando la razón, también como gesto de amor fraterno.
Desde nuestra comunidad parroquial: No dudemos que en el día de hoy para el sacerdote será una jornada muy extraña, creo que en la historia no ha ocurrido situación igual, ni en tiempos de guerra, en donde lo que debemos celebrar hoy no se pueda vivir con los creyentes, por eso, no dudamos en hacer hoy nosotros una oración por los que se entregan al orden sacerdotal, por los que humildemente trabajan por los demás, y más en estos tiempos por los que están al servicio de nuestros enfermos, mayores, los que nos facilitan la vida y los que la vigilan. También por la iglesia, por cuidar de la eucaristía, sabiendo que hoy la iglesia y sus sacerdotes nos acompañarán más que nunca en este comienzo del triduo.
Señor, confío en ti. Puedo presentarme ante ti sin palabras porque tengo la certeza de que tú sabes de mí, eres testigo de mi intimidad. Tú me conoces desde dentro, y me haces sentir que no estoy solo. Te miro y te veo entregado. Te miro y te veo fiel. Te miro y me sé amado. Te miro y me sé llamado. En ti, me siento reconciliado. Sobrecogido por tu misericordia, me siento invitado a la entrega de mí mismo. Al verte hecho Pan, me siento enviado a partirme en tus manos. Contemplándote sobre la mesa, confío en poder reclinarme sobre tu pecho. Al recordar tu Alianza nueva, sé que soy propiedad tuya para siempre. Te miro y creo en tu amor.
Desde las redes: Hoy especialmente se nos invita a seguir las celebraciones a través de los medios de los que se disponga, si es en directo, mejor.
SANTA CENA DEL SEÑOR. La puedes seguir desde aquí a las 18:00.
SANTA CENA DEL SEÑOR. La puedes seguir desde aquí a las 18:00.
ADORACIÓN AL MONUMENTO EUCARÍSTICO. La puedes seguir desde aquí desde las 19:00 hasta las 8:00 del viernes 10.
ADORACIÓN AL MONUMENTO EUCARÍSTICO. La puedes seguir desde aquí desde las 19:00 hasta las 17:00 del viernes 10.