CARTA DEL PÁRROCO PARA EL TIEMPO DE CUARESMA

Queridos herman@s,

Todos recordamos las últimas palabras de Cristo en la cruz: “Dios mío, Dios mío por qué me has abandonado”. Es el grito de dolor de Jesús Nazareno, en esta Cuaresma donde la humanidad está sufriendo esta pandemia de la Covid-19 parece que ese lamento suena con mas intensidad en nuestros oídos.

Porque ese grito es el grito silencioso de los miles de difuntos y sus familias que lloran la ausencia de las personas que el virus nos arrebató; es el grito de dolor tant@s herman@s enfermos en los hospitales y en sus hogares; es el grito de sufrimiento de una crisis social y económica que asola nuestro mundo.

¿Dónde estás? Nos preguntamos “por qué me has abandonado”.


La Cuaresma nos dará la respuesta. Este es un tiempo de gracia y bendición, no de pena y dolor. Nos llevará a encontrarnos con Jesús Nazareno en la calle de la Amargura donde Él se hará solidario con el grito de los hombres que sufren. La Cuaresma es caminar con nuestras cruces al Calvario y es rezar delante de la Cruz donde pende el Nazareno por esos gritos de dolor de la humanidad. Será este tiempo una oportunidad para subir con Jesús Nazareno a la cruz, gritar con El, crucificar todos nuestros pecados y sufrimiento, fracasos y dolencias, mentiras y orgullos, todo aquello que nos amarra a la Cruz que nos hunde. La Cuaresma es un camino hacia Pascua para morir con Cristo en la próxima Semana Santa y resucitar a una vida nueva llena de esperanza.

Ponte en camino que no te pueda el cansancio de lo que estamos viviendo en este último año porque Jesús Nazareno quiere que sientas que esta contigo que nunca te ha abandonado. Nosotr@s sí nos hemos alejado de su Amor pero Él permanece fiel y te espera para que vuelvas a la casa del Padre con un corazón renovado, lleno de vida y esperanza en la próxima Pascua de Resurrección.

Para conseguirlo la Iglesia nos invita a la oración (meditación de la Palabra, Adoración Eucarística, Santa Misa, Rosario, Vía Crucis…) para que nuestro espíritu crezca y se transforme; a hacer penitencia y acercarnos al sacramento del perdón para reconciliarnos con Dios y con los demás; ayuno y abstinencia para solidarizarnos con los que tienen menos que no nosotr@s; y a la Caridad compartiendo lo que somos y tenemos con l@s herman@s, especialmente con los más necesitados.

Como miembros de una comunidad parroquial no podemos olvidar y debemos colaborar con las necesidades de nuestra parroquia. ¿Cómo? Puedes consultarlo en este ENLACE

Lamentablemente no tendremos nuestras incomparables procesiones pero si viviremos la Cuaresma y la Semana Santa, será distinto pero igual de intenso que otros años. Lo haremos con mucha fe en nuestra parroquia en los días del Triduo Pascual y con las celebraciones anteriores a las que ya os invitamos a participar (CONSÚLTALAS AQUÍ). 

Estamos inmersos en unos momentos muy difíciles, han habido otros en la historia de la parroquia, tenemos que estar muy unidos y mantener la luz de Fe en Jesús Nazareno como hicieron en otro tiempo nuestros antecesores que de años de conflictos y enfermedades salió una parroquia más fortalecida en la Fe, dando un testimonio cristiano valiente y comprometido y consiguiendo con trabajo e ilusión incrementar el rico patrimonio parroquial. Este año de dolor nos debe servir a tod@s para madurar en el Amor a Jesús Nazareno y a esta su parroquia.

Ánimo herman@s, os invito a caminar con Jesús Nazareno y el  Inmaculado Corazón de María en este tiempo santo de Cuaresma. Que os colmen de gracias, de bendiciones y os protejan cada día de vuestra vida.

Un fraternal abrazo y mi oración.

Fernando Gutiérrez Reche, párroco